Sobre mí
Desde pequeño he estado cerca del deporte, del movimiento y del ejercicio, aunque suene un poco cliché: siempre he sido un «culo inquieto».
Desde pequeño he sentido fascinación por el movimiento, por esa sensación de libertad que da poder usar tu cuerpo y disfrutar de él.
Esa conexión me llevó al mundo sanitario desde una mirada distinta: la del movimiento. Así llegué a la fisioterapia, buscando entender cómo el cuerpo puede curarse, adaptarse y transformarse.
Pero pronto entendí que la curiosidad no bastaba. Hacían falta método, criterio y ciencia
Pronto descubrí que no bastaba con aplicar técnicas o protocolos.
En la consulta veía a pacientes que, tras pasar por múltiples profesionales, no encontraban respuestas claras. Esa realidad me obligó a cuestionarme muchas cosas.
Elegí confiar en el método científico, no como una moda, sino como una forma de entender la práctica sanitaria: con rigor, con pensamiento crítico y con la honestidad de reconocer que aún nos queda mucho por aprender.
Aprender no tiene un final claro, pero sí un propósito: ser más útil a los demás.
Después de graduarme, entendí que lo aprendido en la universidad era solo el comienzo de una carrera que, en realidad, nunca termina.
Aprender es una maratón sin meta fija, y en mi caso, una búsqueda constante por comprender mejor al ser humano a través del dolor y el movimiento.
Hoy combino la labor clínica, la docencia y la investigación porque creo que solo desde esa intersección se puede avanzar hacia una fisioterapia moderna, útil y honesta.
Entiendo la salud como el punto de mayor bienestar posible en todas las esferas del individuo: física, emocional y social. Aunque sea un horizonte difícil de alcanzar, sirve como dirección hacia la que avanzar.
Mi abordaje del dolor es humano. Basado en la evidencia, sí, pero también en la empatía y el acompañamiento. La fisioterapia no se trata solo de tejidos, sino de personas. Y acompañar implica escuchar, comprender y actuar con precisión.
A lo largo de estos años...
He tenido la oportunidad de trabajar con cientos de pacientes, desde deportistas semiprofesionales y profesionales, hasta pacientes «de barrio», y también he tenido el honor de formar a más de quinientos profesionales sanitarios en las diversas formaciones de las que he formado parte.
Actualmente soy profesor en el Grado de Fisioterapia en la Universidad UNIE, formo parte de la Junta de Gobierno del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid y desarrollo mi actividad investigadora en el grupo NECODOR de la Universidad Rey Juan Carlos, donde estoy realizando mis estudios de doctorado en la línea de investigación en dolor.
Mi labor me ha llevado a...
..formar parte de grupos selectos y poder acompañarme de los mejores en distintos ámbitos, tanto en investigación, como en los campos de la docencia, la divulgación, la clínica, la gestión o el mundo empresarial.
Actualmente soy socio de la Sociedad Española del Dolor (SED), formando parte del Grupo de trabajo de Fisioterapia y Dolor, soy también socio de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF), y he sido nombrado miembro del grupo FIDES de la Organización Mundial de la Salud, formo parte de los grupos de trabajo del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) de Identidad de la profesión y de Fisioterapia y dolor, y he participado en congresos científicos nacionales e internacionales.
Mi labor divulgativa me ha permitido colaborar con distintos medios de comunicación, como RNE, Telemadrid o la revista Hola, entre otros; y mis proyectos de innovación han sido reconocidos, como PACE (posteriormente PACER), finalista de Generación Propósito 2025 de la Fundación Princesa de Girona (FPdGi) y seleccionado para el Invest Day, organizado por la FPdGi.
También he sido co-fundador y co-director de «Master The Basics», un proyecto y plataforma de formación para fisioterapeutas y profesionales de la salud centrada en los fundamentos de la práctica basada en la evidencia, el pensamiento crítico y el desarrollo profesional de alto valor.
Creo firmemente que el futuro de la salud pasa por un modelo más activo, riguroso y basado en la evidencia. Apoyado en la tecnología pero sin prescindir del aspecto humano.
Creo en una sanidad que piense, que cuestione, que mida lo que hace y que se atreva a evolucionar. Donde el fisioterapeuta ocupe el lugar que le corresponde: el de un profesional del razonamiento, del movimiento y de la ciencia aplicada.
Después de graduarme, entendí que lo aprendido en la universidad era solo el comienzo de una carrera que, en realidad, nunca termina.
Aprender es una maratón sin meta fija, y en mi caso, una búsqueda constante por comprender mejor al ser humano a través del dolor y el movimiento.
Hoy combino la labor clínica, la docencia y la investigación porque creo que solo desde esa intersección se puede avanzar hacia una fisioterapia moderna, útil y honesta.
Entiendo la salud como el punto de mayor bienestar posible en todas las esferas del individuo: física, emocional y social. Aunque sea un horizonte difícil de alcanzar, sirve como dirección hacia la que avanzar.
Mi propósito es contribuir a esa evolución, ayudando a formar a los profesionales que construirán una atención sanitaria más precisa, más humana y más consciente.
Y si algo define mi manera de entender la profesión —y la vida— es esta idea: seguir aprendiendo, siempre.
